El 19 de septiembre del 2017 publiqué en mi blog (https://luissuarezmx.wordpress.com) y en Liberal del Sur esta crónica de la primera década del periódico en el que ahí trabajé. La reproduzco en ocasión de su aniversario 33.
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Nunca había visto tantas computadoras juntas, ni he sentido tanto frío, como en la sala de redacción del Liberal del Sur de 1991.
Eran como 30 terminales que necesitaban del aire acondicionado a todo lo que daba. Todo mundo guardaba un suéter en la oficina. Los monitores funcionaban con disco de arranque. Todavía no se inventaba el disquete, los cd roms o las memorias usb.
La sala de redacción siempre era un hervidero de gente: sobraban los correctores de estilo y capturistas. Allí operaban los editores de las secciones de Sociales, Cultura, Policiaca, Deportes, Información General, País y Mundo. Había reporteros a cualquier hora y siempre uno de guardia hasta la hora de cierre que se prolongaba después de la medianoche.
Como el internet no se había popularizado, las notas de las agencias llegaban en un sistema satelital conocido como Azimut, y por telefax arribaban las fotos, notas de los corresponsales y boletines, por lo que el cubículo del jefe de información siempre estaba atestado de papeles y fotografías regadas en el piso. Los capturistas dejaron la espalda y la vista en la sala de redacción tipeando miles de textos.
LOS FUNDADORES
El primer jefe de redacción de Liberal del Sur fue Sergio Granda, un hombre alto, bigotón, buena gente. Tenía su privado en otra área del periódico, al igual que el jefe de información y los diseñadores. Su esposa, Marlene Mastranzo, era una mujer alegre y platicadora como todas las jefas de Sociales.
Con unos poemas en la cartera, recuerdo haber llegado a El Liberal en octubre de ese año, así se llamaba antes, no Liberal del Sur como ahora. Me recibió Cecilio Pérez Cortés, entonces jefe de Deportes, quien además de publicar mis textos me ofreció trabajo de reportero, con el único requisito de que no escribiera como cuento y redactara mis notas de mayor a menor importancia.
El director del periódico, Jorge Díaz Mirón Benítez y su esposa, una española de nombre María Elena, solían pasar por el pasillo que dividía la sala de redacción y el área de diseño, siempre sonriendo y saludando al personal. Antes, había sido director por unas semanas un señor que se llamaba Alfredo Ríos, quien arrancó el periódico un 15 de septiembre de 1991.
El primer jefe de información fue Roberto Sosa González, actualmente corresponsal de Diario Xalapa. Como subdirector figuraba Carlos Duayhe Villaseñor.
Carlos Velasco Jara, Cevejara, era el columnista estrella del periódico. Su columna Güiri Güiri Político se publicaba diariamente en una plana. Llegó a ser jefe de redacción del diario en los tiempos del director César Augusto Vázquez Chagoya (+).
El primer grupo de reporteros de información general estaba integrado por Pedro Cayetano, Crispín Garrido, Blanca Domínguez Conde, Natalia Fernández, Laura Leticia Domínguez Ramírez, María Félix y Lourdes Mata, entre otros.
Luego se integraron Galdino Cerecedo, Graciela Gómez, Flor de María Velasco, Verónica Alfonso, Elizabeth Garrido, Benita González y Mariela Munguía (+). También colaboraron otros periodistas y columnistas como Natalio Bernal, Jesús Lastra (+), Mussio Cárdenas, Vicente Martínez, Roberto Pérez y Luis Meléndez.
De los primeros diseñadores editoriales recuerdo a Beatriz Acosta Carlín, Rubén Ramos Arrés, José Luis Peregrina y Carlos Palayot, por citar algunos.
LA POLICIACA, SÍMBOLO
Liberal del Sur nació con una sección cultural de cuatro páginas que se publicaba todos los días. Era coordinada por el filósofo y escritor Samuel Pérez García, apoyado por un joven radical, melómano e intelectual llamado Óscar Lainez. También fue coordinador de Cultura el cronista de Coatzacoalcos, Ignacio Ordóñez Rodríguez (+), quien a través de varios suplementos impulsó el cuento, la poesía y crónicas de la ciudad. Llegó como corrector de estilo, pero Nacho Ordóñez, referente del periodismo cultural en el Estado, estaba para muchas cosas más.
La Policiaca era dirigida por Ernesto Malpica Hernández, un periodista de la vieja guardia, admirado y respetado desde aquella época. Le reporteaban gente especializada como Mario Morales Patraca, Sebastián Hernández (+), Valentín Márquez de los Reyes, Juan Antonio Valencia, Gerardo Prieto y Verónica Alfonso. “¡Carreterazo!”, “¡Bancazo!” o “¡Masacre!”, era el estilo que le imprimía Neto Malpica a la sección. Los voceadores en sus estanquillos sacaban la Policiaca y la ponían al frente del periódico para vender más ejemplares.
Tras la salida de Marlene Mastranzo de la titularidad de Sociales, llegaron otras coordinadoras como Lilí Zamudio, Gloria Vasconcelos y Martha Carrillo que se mantiene como jefa de la sección. Las reporteras fundadoras fueron Gladys Rivera, Claudia Chontal, Edith Escalante y Gloria Ocaña.
Deportes tuvo como primer jefe a Cecilio Pérez Cortés, quien tenía como reporteros a Jorge Escalante Soler y Catalino Talín Vázquez, grandes cronistas que escribían rápido y gustaban de las entrevistas de semblanza. Un mes después me integré a ese equipo y dos años después lo hizo Manuel Molano Contreras. Cecilio fue ascendido a Jefe de Redacción y Talín se quedó como titular de Deportes durante poco tiempo hasta que renunció por cuestiones personales. Escalante se fue de corresponsal del Diario Reforma a Guanajuato, donde a veces cubría las estancias del entonces presidente Vicente Fox en su hacienda San Cristóbal.
En 1994 asumí la coordinación de Deportes y en diferentes épocas hasta el año 2000 se sumaron a esta sección reporteros y articulistas como Mariano Salva (+), Blanca Aquino, Maribel Rubín, Mauricio Juárez Morgado, Oscar Rodríguez, Pepe Domínguez, Cesáreo Suárez Naranjo, Andrés Leyva Hernández y José Juan Gamboa, actual jefe de la sección ahora conocida como Campeón. Álvaro Ruiz y Henri Correa fueron editores de Deportes en una época en que incursioné como reportero de información general.
En los primeros años de El Liberal se revelaba en blanco y negro en un cuarto oscuro que siempre olía a químicos. Guillermo Estudillo, Jesús Sarricolea, Javier Bastar, Pepe Liévanos, Miguel Hernández, Felipe Guzmán y Valentín Alor, más o menos en ese orden, fueron los fotógrafos en la primera década de El Liberal.
LOS DIRECTORES
De 1991 a 1994, El Liberal era propiedad del empresario cafetalero Domingo Murguira, en la época de los directores Alfredo Ríos y Jorge Díaz Mirón Benítez. Después, el periódico fue adquirido por Edel Álvarez Peña, actual Magistrado Presidente del Poder Judicial del Estado.
En 1995, a la salida de Díaz Mirón Benítez de la dirección del Liberal del Sur, llegó César Augusto Vázquez Chagoya como nuevo director. En su primer día de trabajo arribó de incógnito en un taxi. Era un director sencillo, solidario y exigente con el personal. Alfonso Villalobos Alafita se integró como jefe de información y Cevejara en la Redacción. Luego se sumaron otros periodistas como Miguel Ángel Rueda Ruiz y Manolo Victorio. A Chagoya se le ocurrió la idea de un evento deportivo que posicionará más al periódico. Así surgió la Gran Carrera Atlética Liberal.
Vázquez Chagoya fue relevado en el cargo de director por el capitalino Oscar Moreno, quien trajo como subdirector editorial a Carlos Camacho Kapellman, de quien se contaban historias como de que en los setenta había trabajado en Excélsior y pertenecido al grupo rival de Julio Scherer. Ambos venían de la Ciudad de México. Manuel Carrillo Ochoa era jefe de información.
LA MODERNIDAD
Tras la salida de Oscar Moreno, llegó Rolando Quevedo Lara con carro completo a la dirección del periódico. Trajo consigo a Gilberto López Chión como jefe de información y a Sergio Vázquez en la Redacción. Y también cambiaron de jefa de Sociales y de titulares en otros departamentos como Circulación, Producción y Publicidad. Llegaron nuevos diseñadores, correctores y reporteros. Solo permanecimos como jefes de nuestras áreas Rubén Ramos Arres en Diseño, Ernesto Malpica en la Policiaca y el narrador en Deportes.
Lorrimer Álvarez Peña, al mismo tiempo, asumió la presidencia del consejo de administración de El Liberal y se dio paso a la modernidad en el diario. Cambiaron todas las computadoras viejas de 1991 por monitores Macintosh. Había llegado la manzanita mordisqueada a la Redacción y con ella un francés llamado Loic Thirion revolucionó el diseño del periódico.
El Liberal se hizo más gráfico, con solo una foto en las portadas de las secciones. Los fotógrafos sufrían para conseguir diariamente imágenes que valieran la pena. El periódico cambió su logo y modificó su nombre a como ahora se le conoce: Liberal del Sur, dejó de ser El Liberal. A propuesta de Rolando Quevedo se adoptó el slogan de Periodismo Trascendente, inspirado en el título de un libro clásico del periodista Salvador Borrego.
Mi ciclo en Liberal del Sur terminó en el año 2000. Un poco antes, Lorrimer Álvarez dejó la presidencia para fundar su propio periódico, Diario Acayucan. Y luego vinieron otros directores como Javier Egremy Gracia (+) y Gabriel García Márquez, bajo la batuta de Amalia Delong de Álvarez, actual presidenta del consejo de administración. (15-septiembre-2017).
PD.- Parafraseando a García Márquez les diré que “la vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Así que mil disculpas si me faltaron nombres o erré en algunas anécdotas.