Trastocan la paz
JORGE CEBALLOS
El pasado 26 de marzo a través de un vídeo anclado a redes sociales, quienes tenemos la enorme bendición de vivir en Chiapas, nos enteramos del surgimiento de un grupo de “autodefensas” denominado Frente Comunitario Indígena “Semilla”. La aparición de esta agrupación rebelde se dio en el municipio de Tila.
Ataviados con pasamontañas y empuñando armas largas, los integrantes de esta agrupación en voz de uno de sus elementos dieron a conocer que se encuentran en resistencia desde hace 20 años para defender pacíficamente -según ellos- 130 hectáreas de tierras de aquel municipio.
Palabras más, palabras menos, los integrantes de este grupo rebelde tildan a integrantes del Ejército Mexicano como “narcomilitares”. En el vídeo también acusan de asesinar a hijos de ejidatarios por lo que se ven en la necesidad de tomar las armas para defender a su pueblo.
En el material de no más de dos minutos hay un señalamiento que debería de ser tomado en cuenta por las autoridades: mencionan al actual diputado local y coordinador del PVEM, Juan Manuel Utrilla Constantino como líder de un grupo delincuencial al que denominan “Narco Karma” en contubernio con otra persona de nombre Joaquín Flores, presunto actual director de la Policía Municipal de Yajalón.
Tanto al legislador como al jefe policiaco los miembros de esta agrupación los mencionan como los generadores de diversos hechos delictivos que van desde el cobro de extorsiones hasta la venta y distribución de estupefacientes. Igual denunciaron el más que conocido cacicazgo encabezado por Limberg Gregorio Gutiérrez.
Lo que queda muy claro es que los integrantes del grupo “Semilla” no están a favor del acuerdo de paz que se firmó apenas el 13 de marzo, dejando ver que esperan que esto no sea una simple traición. En el mismo material dan a conocer que a pesar de la firma de la paz las detonaciones de armas de fuego en el ejido Tila son una constante sin que ninguna autoridad actúe en contra de los responsables.
Sin tregua
Ante la distribución del material y la amenaza velada de los insurrectos de que van con todo hasta donde tope, el gobierno del Estado fue enfático que no permitirán que nada ni nadie altere la paz social de la entidad. A raíz de ello al día siguiente de la publicación del vídeo, la mesa de seguridad se llevó a cabo en Ocosingo, ese día hubo algunas acciones para que imperara el estado de derecho.
Si por parte del grupo en resistencia hubo claridad entre lo que buscan, por parte de las autoridades estatales también hay un mensaje: nada ni nadie alterará la paz social en ninguna región.
En la subjetividad de quienes se erigen como parte de este grupo de “autodefensas” les asiste el derecho de defenderse, sin embargo, no se puede perder de vista que desde el momento mismo que se reúnen para tomar las armas existe una violación al artículo 9º de la Constitución.
No se puede exigir que las autoridades les otorguen la razón si lo primero que hacen es salir de manera desafiante a leer un comunicado empuñando armas de alto poder. Así jamás podrá existir diálogo.
Nadie en su sano juicio puede pensar que por la vía de las armas y la sublevación social podrá ser escuchado. Ningún grupo social por más defensor de tierras o derechos, puede llegar a creer que violentando el marco jurídico que nos rige servirá para doblegar a ninguna autoridad.
Una más
Resulta preocupante que una vez más el nombre de Juan Manuel Utrilla Constantino esté en la agenda social. Desde hace seis años, al actual legislador local se le ha mencionado en diversos hechos que bien valdría la pena una exhaustiva investigación por parte de las autoridades.
A Utrilla Constantino se le ha mencionado como violentador de su expareja, se llegó a mencionar que sus escoltas estuvieron inmersos en una investigación por homicidio, ahora lo señalan como líder de un grupo delictivo, y esto, simplemente no debe quedar en el anecdotario, porque se requiere tener políticos de buena fama pública, pero esto simplemente es una utopía… Hasta la próxima.