“La alabanza en labios propios es vituperio”, dice el proverbio del rey israelita Salomón en alusión a que no resulta favorable hablar de uno mismo, es mejor que otras personas lo hagan, y que lo hagan con toda sinceridad. El que se alaba a sí mismo es catalogado como arrogante, como narcisista y cae mal.
El alabarse a sí mismo está muy lejos de un reconocimiento propio, ES MEJOR QUE OTROS TE RECONOZCAN, y cuando de un gobernante se trata es mejor que ese reconocimiento venga de sus gobernados o bien de quienes gobiernan junto con él.
¿A qué viene todo esto? Sencillo. El gobernador del Estado, doctor Rutilio Escandón Cadenas estuvo en La Trinitaria, particularmente en la inauguración de la reconversión del Centro de Salud con Servicios Ampliados; en dicho evento el Gober hizo algo que no es común, no lo hace regularmente, PIDIÓ UN APLAUSO para el presidente municipal el Conta Ervin, en reconocimiento a su trabajo, a su compromiso, honestidad y a entregar resultados para su gente, pero sobre todo, con este APLAUSO al que respondió el público con gran fuerza, se demuestra que ambos gobernantes navegan en el mismo barco de la Cuarta Transformación de la vida pública de México.
Este aplauso no fue el aplauso común cuando se hace la presentación de todos los que ocupan el presidium, ¡NOOOO! Específicamente esto dijo el Gobernador cuando se remontó a la historia: “Hace años, esta parte se inundaba, llegaban las aguas negras, y no habían servicios públicos, pero cuando llegó el presidente Ervin, allá a mediados del 18, se arregló este problema, ahora, ya no tenemos la contaminación, el foco de infección que había aquí. Imagínense ustedes, el hospital en muy malas condiciones, lo encontramos deteriorado, era de pena ver este espacio que utilizaban para la atención a la salud, que estaba hecho un desastre, y luego con las aguas negras. El pavimento una verdadera calamidad, no como ahora que es una gran calle con concre to hidráulico para que dure, y no solamente eso, se arregló abajo el drenaje sanitario, el drenaje pluvial, la tubería del agua potable, que estaba en pésimas condiciones, un trabajo integral, YO LE AGRADEZCO AL PRESIDENTE MUNICIPAL, que sumó fuerzas con nosotros para que todo quedara bien, en buenas condiciones, así que por favor: ¡UN APLAUSO PARA EL PRESIDENTE MUNICIPAL!”
Así lo dijo el gobernador, ese momento sublime de reconocimiento al trabajo, al esfuerzo que no pasa desapercibido.
Ya lo dijo otro sabio que se recuerda en esta Semana Santa: “El que se humille, será ensalzado”.
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