En varios países del mundo se están comenzando a manifestar repuntes o rebrotes de la COVID-19, lo cual ha orillado a las autoridades a volver a implementar el confinamiento y medidas drásticas que se necesitaron cuando inicio la pandemia en marzo. Lamentablemente, México se está perfilando para ser una de las naciones que podría unirse a esa lista y experimentar una segunda ola de contagios masivos.
Con estados que se orillan nuevamente al semáforo rojo, México no está exento de este fenómeno, puesto que los indices de este padecimiento según fuentes de la SSA en México existen 891 mil 160 casos confirmados y 88 mil 924 decesos provocados por el coronavirus. Lo que se traduce como un aumento de 4 mil 360 nuevos casos y 181 muertes en las últimas 24 horas, corte realizado el domingo 25 de octubre de este año.
Al comparar estas cantidades con las de los últimos meses, permiten comprobar que en México comienza un repunte en los casos de COVID-19, que si no se atiende a tiempo, puede provocar el volver al confinamiento en los hogares para diversos sectores.
En Nuevo León, el gobernador Jaime Rodríguez determinó no cambiar el semáforo, sino contenerlo en naranja una semana más, pero acordó utilizar la fuerza pública para suspender reuniones y fiestas por Halloween, Día de Muertos, patronales, bodas, concentraciones en estadios y centros nocturnos.
En Coahuila, las autoridades también pidieron cancelar las fiestas cercanas y anunciaron el cierre de los panteones. Los gobiernos de Aguascalientes y Zacatecas manifestaron su preocupación por los crecientes contagios, sin anunciar medidas concretas, mientras que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México no se ha pronunciado al respecto.