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El senador por Chiapas Eduardo Ramírez Aguilar dice venir de la cultura del esfuerzo, pero mucho sorprende las riquezas que ha acumulado a lo largo de su trayectoria política, y últimamente causó indignación entre sus paisanos chiapanecos y a nivel nacional el reportaje del Grupo Reforma donde se exhibe la ostentación en la que vive el hoy presidente de la JUCOPO, en un penthouse ubicado en Polanco de 22 millones de pesos.
Ramírez Aguilar salió a declarar en redes sociales que el penthouse lo renta, tratándose de quitar el golpe mediático del Grupo Reforma, y dijo desconocer el nombre del arrendatario, caso rarísimo, no saber quién es tu casero. De acuerdo con la investigación la empresa Atlantis Constructions, S.A de C.V., es la dueña y el propietario es Julio Hernández Domínguez un campesino de La Trinitaria, Chiapas, con domicilio en Pueblo Nuevo Chapultepec, una localidad de 25 casas, con una calle principal que ni siquiera está pavimentada, donde mayormente se siembra frijol y maíz; al buscar la casa y dirección obviamente no se encontró y el tal Julio, mucho menos.
Desde el 2018 el senador se exhibe en este lujoso penthouse haciendo ejercicio, cocinando o conviviendo con su familia, mostrando cómo se vive después de ser comerciante, cómo vivir de la cultura del esfuerzo, pues.
Pero a los comitecos que conocen a detalle y ampliamente la historia de Ramírez Aguilar, no se les puede engañar, ni a todos los chiapanecos, saben que el súper crecimiento económico del senador, la forma metéorica en la que ha formado su capital económico, no es producto de la cultura del esfuerzo, cosa que pregona sin ton ni son el senador y sus focas aplaudidoras, sino de los cargos públicos en los que ha estado y se dice todavía que a “otros negocios”.
Eduardo Ramírez Aguilar quiere ser gobernador por Chiapas, y este reportaje del Grupo Reforma es una de las muchas razones por las que una gran cantidad de chiapanecos no lo ve con buenos ojos para ocupar el cargo, que con la boca dice una cosa, pero con sus acciones dice otra.